Vacío

Desesperación. Observo, miro sin ver, escucho sin oír. La rabia me apuñala, i las ganas de arrancar-me la piel me consumen. El todo y el nada se juntan, pero sin sentido; todo es nada y nada es todo. Busco paz i tranquilidad, pero no veo nada más que el vacío, la transparencia. Sentimientos, objetos, personas… todo, es decir nada es transparente y vacío. Oigo música y, de golpe, como una flor que florece, los sentimientos florecen dentro de mí. Pero mi flor está marchita. Mis ojos se oscurecen sin perder el color; falta la luz, la esperanza. ¿Dónde está el hada que quizá un día tuve pero dejé escapar? El hada que sonreía i hacía sonreír, ella, ya no es ella. Hasta ella se ha transformado en vacío, y su sonrisa se ha convertido en humo. Un humo que nubla mis ojos y aún los oscurece más. El corazón se me sale del pecho, pero se aleja de mí. Palpita, lejano, al compás de una melodía sorda, llegada del cielo, o quizá del infierno. ¿Acaso no es lo mismo? Las lágrimas, también vacías, me acarician las mejillas suavemente pero furiosamente, hasta caer al suelo y morir allí, acompañando la muerte de mi ser. Las manos me tiemblan, i las palabras también. Entre mis labios nacen, y también mueren, porque no llego a decir nada. Las palabras, en el vacío, sobran.