Mírame, pirata, y no robes mi tesoro sin antes dedicarme un último susurro. Está a punto de anochecer, y seguramente mañana me faltara un pedacito muy importante, ese susurro que tanto anhelo cada día, ese tesoro que susurra desproporcionadamente cuando está, y calla provocándome un gran dolor cuando tú, oscuro y misterioso, me lo cambias y te pones en su lugar. ¿Dónde lo dejaste, dónde lo llevaste, que yo lo iré a buscar? Aún así, vida sólo hay una, y muerte también, por lo cual escojo una muerte contigo por dos razones: una es que tú tienes mi tesoro, y os tendré a los dos, y la otra es que prefiero morir contigo antes que sin ti, porque él y tú sois el mismo. Uno chistoso y el otro callado, uno ángel y el otro demonio, uno cálido y el otro frío, uno cercano y el otro distante. ¡Qué más me da! Si sois uno, me quedo con los dos. Si 1+1=1, me quedo con 1 resultante. La integridad es lo que quiero.
Así que róbamelo, querido pirata, mi tesoro es tuyo. Tuyo, tu otro yo. Te quiero entero, seas quién seas, seas cómo seas.
15 d’abr. 2009
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada