19 de des. 2010

Entre paredes

Entre oscuras paredes
tiembla impotente mi cuerpo vacío;
envuelto en duras redes
se ahoga en su río,
retorciéndose en el pecado impío.

Me invaden duras dudas,
me atacan como a presa carroñera...
y a ti, pero te escudas.
Encierras a la fiera,
que entre redes y paredes te espera.

Empieza a desesperar.
Como una tortuga desde un tejado
se tira para volar,
hacia león soltado
me abalanzo, hacia un sueño truncado.

Caballero y escudo,
domador de sangre de palabra armado,
contra mi cuerpo mudo
y mi ser desquiciado
te abalanzas, hacia un sueño truncado.

El abismo cae en mí,
mas entre oscuras paredes no hay techo.
Todo lo que sufrí,
mañana es doble hecho,
mas sin hartarme felicidad cosecho.

Impotencia y martirio:
pasos pesados pasados sin más
que se vuelven delirio
para no irse jamás.
Ir detrás de un sueño, siempre detrás.

15 de des. 2010

Insana

Pasan los días,
palabras vacías.
Miradas confusas,
¿de qué me acusas?
Deseo prohibido,
pecado y castigo.
Pasión reprimida,
¿quedé redimida?
Sonrisas frustradas
y dudas pesadas.

Como una gran noria
das vueltas y vueltas;
por dentro me atas,
por fuera me sueltas.

Más días que pasan,
pasiones que abrasan:
por fuera te quiero,
por dentro me muero.

5 de des. 2010

Alfiler

Entre tanto, tan tanto y tan poco,
Los ojos se pararon en mí.
¿Qué ojos? No es posible describir
Un prado en un verano barroco.

10 de nov. 2010

El balcó

Entre els braços nocturns m'aixoplugava,
Tot deixant que l'amarga sal corrés
Per la meva pell, mentre tu, a través
De la finestra, veies que et mirava.

Sortires al balcó enmig de rosers
Vermells remullats per la pluja blava,
Mentre aquesta pluja de cop minvava.
Llàgrimes del cel lliscant pels carrers.

Vaig poder veure un corrent d'aire fred
Però sa presència no vaig sentir.
Miralls de pena en la humida paret
Que naixien amb el fi de morir.

Cel blau. Em llances l'escala infinita
I jo em sento gran i alhora petita.

7 de nov. 2010

Joia (sentiment i tresor)

Sorolls de fons.
La nit és plena
de joia i pena
omplint els balcons.

Les fulles marrons,
dansant amb les verdes,
lluiten violentes;
començ de tardor.

Els focs causen remor
de veus de joia plenes,
mes a veus de tristesa
amb un somrís respons.

Sorolls de fons.
La nit és plena.
Eufòria o pena,
tu ho omples tot.

13 d’oct. 2010

Lluna, lluneta

Càlida lluna, clara i lluminosa,
Freda lluneta, corrent entre vents.
Plou, plou, lluneta, els bassals calents
Fins que l'esma et manqui i et deixi closa.

Closa lluneta; lluna, ben brillant.
La lluna somriu trista entre amarg fum,
I l'embolcalla amb ses ales de llum.
Pobra lluneta, il·lumina el gal·lant.

La pobra lluneta pobra ja no és.
On s'ha vist lluneta com camps florida?
De la sal de la pluja amarga n'és
Nascut un bell gran paradís en vida.

Quin paradís pot fer bategar el cor
I alhora pansir-lo fins mort?
L'amor.

31 d’ag. 2010

Dulces pesadillas

- Estrella de mi corazón…
Yo no te oía, pero tú me llamabas mientras yo, subida a aquél escenario, me dejaba la piel en él.
Era un día nuboso como otro cualquiera de aquella época. Al contrario que en la mayoría de historias que se suelen contar, los pájaros no cantaban, las flores no tenían color, el cielo no era azul, el sol no brillaba, ni la luna tampoco. Las luces iluminaban aquél antro oscuro sin pena ni gloria, alguna incluso se averió durante el concierto.
Era un día nuboso como otro cualquiera de aquella época.
- Canta para mí!
No te veía ni te oía. Ni siquiera sabía si estabas entre los cuatro borrachos que asistían al espectáculo. Sin embargo te sentía y sabía lo que estabas pensando. Para mí era como leer las estrellas mirando con lupa su reflejo en el agua de un charco.

Al acabar el concierto, después de esquivar la evidente proposición sexual de un borracho que hizo que me sintiera un pedazo de carne con guinda (otra vez) y de no recibir ninguna felicitación a parte de la que mis compañeros fielmente me daban después de cada actuación, me puse la chaqueta y salí del antro. La calle estaba oscura. Eran las tres de la madrugada y no había ninguna farola encendida. La única luz que había, aunque débil, era la de una habitación donde una madre intentaba calmar a su bebé, que lloraba y chillaba por quién sabe qué razón. Me hubiera gustado poder unirme al crío.
A partir de ese momento no recuerdo nada más. Creo que me desmayé, me sentía muy débil. Pero al despertarme estaba corriendo bajo la lluvia con la respiración muy agitada y los ojos abiertos como platos, aterrorizada.
- Estrella, hermosa, no huyas, cántame…
Corría desesperadamente, resbalándome y chocándome contra todo lo que encontraba por mi camino, pero no avanzaba. Era como correr en una cinta de un gimnasio.
Entonces miré atrás. Fue cuando descubrí que los sueños te persiguen.

16 de juny 2010

Magia

Era un dulce cantar de luna llena,
Una canción que escondía un anhelo;
El sonido de unos ojos de hielo
Que cada noche mecían su cuna.

El deseo de ahogar esa pena,
Aunque flote en el triste desconsuelo…
Ese deseo ahogado en pañuelo
Ahora no tiene importancia alguna.

Es un dulce cantar de luna llena,
Un asombro entre sombras de dolor
Una sonrisa para la esperanza.

Es la silueta de una condena,
Un claro de oscura luz con olor,
Un abrazo de las plumas del cielo.

21 de maig 2010

Ivan y Rainbow: Reflexiones post-mortem

Mi vida cambió un frío y nuboso día de invierno, a mis nueve años de edad. La nieve no cesaba su blanco y lento llanto, y yo la miraba, enamorado, apoyándome con mis codos en el alféizar de la ventana. Y mi pez payaso también la miraba, desde su pecera, junto a mí, pensativo como yo, pero con un deje de preocupación en su mirada acuática.
- Ivan, ¿qué miras con tanta pasión y abstracción?
- Me pregunto dónde estará el abuelo. Mamá me dijo que estaba en todas partes, que era parte de la nieve que cae, parte del calor que traspasa mis poros, parte de la luz que me permite ver. ¿Tú crees que el abuelo está cayendo en forma de copitos de nieve para volver con nosotros al menos hasta fundirse, y que luego se evapora y vuelve al cielo tranquilo por saber que estamos bien?
- Podría ser, Ivan, pero yo te puedo explicar lo que sí sé ciertamente. Cuando una persona muere, no sabe lo que le va a pasar después de perecer. Para saberlo, hay que experimentarlo, pero una vez muerto, ¿cómo contar a los demás tu experiencia? Yo he visto muertos, y te puedo explicar lo que ellos no cuentan. Tu abuelo está ahora aquí, escuchándonos. No lo ves, porque sólo está su alma, pero nos oye y se preocupa mucho por ti. Le duele no poder abrazarte ni hablarte, ni contarte como es el cielo. Pero sí se podría comunicar contigo, tal y como lo ha hecho conmigo. La diferencia está en que tú eres un humano… y yo un pez.
- Entonces, Rainbow, ¿mi abuelo está aquí? Y aunque no lo pueda tocar… ¿podríamos comunicarnos?
- Así es, Ivan. Todo depende de él.


Ahora tengo sesenta y dos años, y me acuerdo mucho de mi abuelo cuando tenía esa misma edad. Pero también me acuerdo de mi pez Rainbow y de lo que me hizo descubrir. Algo que me cambiaría para siempre.
Nadie sabe qué hay detrás de la muerte. Pero mi abuelo me lo contó.
Del mismo modo que había la curiosidad por saber qué hay después de morir, una vez muertas, las personas tenían el mismo tipo de temor, pero aún peor: si se comunicaban con una persona viva, esa persona moriría; recibiría su mensaje, pero moriría. Al querer comunicarse con gente querida, pero no querer que nadie amado perezca, ningún difunto se atrevía a dar el paso. Pero mi abuelo se hartó de huir de la posible fatalidad. Él creía que después de la muerte no había nada, y se encontró con una nueva y muy distinta vida. Así que decidió no creer en las creencias populares y guiarse por su instinto. Fue así como decidió comunicarse conmigo… escribiendo un mensaje para mí, mientras yo hacía los deberes, en una esquina de mi libreta de quinto curso de primaria. De algún modo, sabía que no me pasaría nada. Y así fue. Nos comunicamos por escrito, y quizá sólo eran imaginaciones mías y me convencí yo solito de verlo, pero empecé percibiendo una sombra, aunque en vez de negra era blanca, y cada vez que nos escribíamos desafiando a la autoridad popular, veía más nítido hasta que distinguí a mi abuelo. Un día, de tan real que parecía, quise abrazar el aire. Pero tuve la sensación que incluso el aire que rodeaba a mi abuelo me quería abrazar también.
Él siempre me acompañó, en la vida y en la muerte, y es así como aprendí a no creer en lo que la mayoría de gente cree, a ser diferente y tomar mis propias decisiones y determinaciones, a sentirme orgulloso de quién soy.
Porque siempre habrá alguien que lo aprecie, sea en este mundo o en cualquier otro.





Aprofitant el nom del protagonista, inspirat en una persona especial de la que ahir (quan vaig escriure aquesta història-reflexió) era l'aniversari... FELICITATS IVAN ^^

19 de maig 2010

SÁBADO: Ilusión... doble significado

Era el temblor de un sueño inalcanzable. El temblor de su cuerpo, el temblor de su deseo más vivo. Tenía un sueño y un deseo, ambos eran ambas cosas. Estaba a las puertas de su sueño, micrófono en mano y su pie en el altavoz, gritándole así ella "Quema!". Quema, arde, enciéndete como se enciende mi piel al vomitar en forma de decibelios todas las quemaduras y puñaladas. El mismo ardor de la pasión sonora, un ardor diferente al de las quemaduras y al de la verosimilitud de las historias de su cerebro; ese ardor se le extendia hasta la punta de cada dedo, recordándole que, al menos en aquellos momentos, ella también era humana. Los cuatro eran humanos.
Luego silencio. Algo raro, aunque familiar, se asomaba por la comisura de sus labios, ardientes aún por la voz, y de los demás; algo comúnmente llamado sonrisa, pero sincero. También en sus ojos se notaba esa sonrisa... pero nadie se daba cuenta del poder revelador de los éstos, porque ¿qué ve la gente en unos ojos, sino su color?
Aquél día era el más esperado de la semana. Con el festival sonoro en aquél invernadero apartado, volvía a su "hogar". Como un militar que regresa con su mujer y su niño después de haber luchado donde el sol nace mientras su familia ya merienda, como una víctima de secuestro que es devuelta con sus seres queridos, ella volvía allí donde alguien la quería, allí donde ella misma era alguien. Por la mañana los tres (y el micrófono), por la tarde los seis (y el proyector). Seis personas diferentes que eran capaces de hacerla sentir humana y viva, que le recargaban las fuerzas después del infierno. Lo demás, ya no importaba. No hacía más que destruirla, pero los cuatro y los seis lo compensaban.
Luego, vuelta al infierno. Desconexión.

"Me conocéis de verdad? Lo dudo. Soy una ilusión, una invención. Aunque a medias y con desperfectos, existo un solo día a la semana. Para cuatro y seis personas. Sólo existo los sábados."

2 de maig 2010

Dream Theater - The Count of Tuscany

Could this be the end?
Is this the way I die?
Sitting here alone?
No one by my side

I don't understand
I don't feel that I deserve this
What did I do wrong?
I just don't understand



¿Podría éste ser este el fin?
¿era este el modo en que moriré?
aquí solo sentado
Sin nadie a mi lado

No lo entiendo
No siento que me merezca esto
Qué hice mal?
simplemente no lo entiendo

30 d’abr. 2010

Lluna mainadera

Al tombant de la blanca lluna plena
s'amagava un petit gnom rialler
que escrivia desitjos en paper
mentre la lluna somreia amb pena.

Ella tenia un somriure burgès
i el vetllava durant tota la nit
mentre ell jugava sempre divertit.
La lluna sols somreia un cop al mes.

La jove de blanc pur sentia amor,
i mai no es cansaria de llegir
desitjos que mai podria acomplir;
per ell faria el millor i el pitjor.

Al tombant de la blanca lluna plena
no hi havia més que estels i foscor.

14 d’abr. 2010

Records de colors

Un capvespre en un got d'aigua ofegat
Va plorar estels fins que arribà l'albada,
I la lluna, de sang tota amarada,
S'aixoplugà als ulls d'un negre gat.

Fluien records d'un blanc fosc passat
Pel porpra mantell que cobreix l'albada;
Eren esguards recorrent la vesprada,
Estels fugaços en un camp segat.

Però a mig camí un dels estels caigué
Sobre el verd reflex del porpra cometa
Que jeia a l'ombra d'un immens til·ler.

Prengué la violada violeta,
I un dels pètals als llavis es dugué;
A son pit duia una roja sageta.

9 d’abr. 2010

Supervivir

Desde lo alto de un campanario
-Frío,
Amoríos,
Invierno tardío-,
Hembra de plata vio un corsario;
Hombre de oro en proa.
De allí colgaba una canoa
Oro
Incoloro,
Y también su loro.
Los dioses que la bella adora
No quieren el rescate;
Voluntad, lucha, jaque mate.
Reto
Incompleto,
Retiro discreto.
Sus mejillas se vuelven mate,
Y de sufrir cesará.
La joven por aquél ventanal
Vuela,
Y aunque duela
No queda secuela.
En pura agua se convertirá,
Y el sueño más fuerte
Realizará: esquivar la muerte.

5 de març 2010

Hotch 5x09 CM

El hombre de piedra llora. El hombre de hielo se desespera.
El agente especial de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI ya no se mueve con sigilo y planificación, sino que sus movimientos son bruscos y casi espasmódicos. Sus ojos, negros como el agujero del más hondo de los pozos, se llenan de los destellos brillantes de las lágrimas nacientes. Lágrimas que nacen para no morir jamás, para acompañarlo toda la vida, reemplazando su pérdida. Como si en un cielo nocturno aparecieran mil estrellas de repente… pero en sus ojos llueve sin cesar.
El hombre de piedra se ablanda, el hombre de hielo se derrite.
Se seca las lágrimas absurdamente con la manga de la camisa ya no perfecta sino sucia y arrugada. Entonces, en su cara deformada por el dolor y la desesperación, la sangre de su ropa se suma a la de sus múltiples cortes y a los restos del llanto.
Conduce impulsivamente. Dirige la vista al móvil, que aún emite luz después de la última llamada. Él, ella y el niño. Disparos. Impotencia.
Le tiemblan las piernas, y le duelen por el temblor, pero aún le duelen más por el esfuerzo que hace al intentar conducir y no sacudir las piernas con tanta brusquedad. Su esfuerzo no da fruto.
Llega a la casa. Su casa, donde había vivido tanto tiempo con ella y el niño. Sin él, sin disparos. Sólo él mismo, con ella y el niño. Y él mismo iba y volvía del trabajo, a veces cerca y a veces lejos, pero siempre volvía. Y les regalaba las únicas sonrisas que podía mostrar. Sólo para ellos, para ella y el niño. Ahora los volverá a ver, después de tanto tiempo. Pero no podrá mostrar una sonrisa. Quizá estén muertos.
Para el motor, saca las llaves del contacto, saca la pistola, abre la puerta, sale del coche, corre hacia la puerta, la abre, apunta con la pistola, mira hacia un lado, hacia otro, se dirige a la cocina, siempre cubriéndose, coge la linterna, prosigue. Hay rastros de sangre en la salita, que siguen hasta las escaleras. Sube las escaleras, tiene miedo. Miedo de encontrarse con el único ser capaz de romper su eterna serenidad, miedo de encontrarse con un cuerpo sin vida. Aún estando acostumbrado a ver seres humanos inertes, ver a sus seres queridos en ese estado sería algo muy distinto. Pero aún conserva esperanza. Es casi lo único que le da fuerzas; lo otro es la venganza.
Llega arriba, a la habitación. En una esquina de la imagen enmarcada por la puerta del cuarto, dos pies femeninos ensangrentados, sólo un zapato negro de tacón. Que esté inconsciente. A medida que avanza, ella se va volviendo entera. Que esté inconsciente. Tumbada en el suelo, vestida, manchada de sangre y sudor de lucha y nervios. Que esté inconsciente. Sus largas piernas, su falda, su vientre, su pecho, su cuello. Su cuello con un agujero en el centro. Y sangre, mucha sangre. Un espejo a su lado le muestra dos zapatos de hombre que supuestamente están puestos a su dueño. Detrás de la cortina. Dispara múltiples veces, con rabia, con descaro, con ansia, con malicia, con locura, con ganas de matar. Cae un cuerpo, envuelto con la fina tela de las cortinas. Silencio. Se agacha lentamente, aún apuntando al bulto de ropa con la pistola, unos segundos que se vuelven una eternidad. Destapa el cuerpo, tumbado boca abajo. Lo gira y entonces lo ve. Las balas incrustadas en el chaleco anti-balas. Él abre los ojos y sonríe maliciosamente y se abalanza sobre el hombre de fuego, que a penas puede verle el rostro. Lucha entre llamas.
El cuerpo de ella los observa con desaprobación, fría, los ojos abiertos como platos, las pupilas dilatadas, ojos vacíos. Pistola, cuchillo. De una mano a otra. Ruedan escaleras abajo. Pistola cae. Cuchillo prueba ambas carnes, pero no se queda con ninguna. Finalmente, le hace compañía a pistola. Ambos son sustituidos por las manos, los puños, la cabeza y todo lo que sea suficientemente duro para que duela. Lucha feroz, apasionada, personal, a muerte.
El hombre huracán lo agarra y caen contra la mesa, rompiéndola. Ambos al suelo, sin aliento. Él reacciona y le propina un derechazo en toda la cara. Luego coge un cenicero de cristal y lo estampa en la cabeza del hombre agonizante, que parece vencido, tirado en una esquina. Él recupera el cuchillo y dice frases sueltas, pretende hacerle daño. "Cuando acabe contigo, voy a encontrar a ese hijo bastardo que tienes, voy a enseñarle a sus padres muertos y le voy a decir que todo fue por culpa tuya". Pero el hombre de llanto se gira y lo golpea con toda su fuerza. Después de unos cuantos golpes, consigue dominarlo. Se sienta encima de él y lo golpea sin parar. Imágenes y recuerdos lo atosigan sin parar, como una lluvia de ácido que le va comiendo el cerebro poco a poco, muy lentamente. Todo el mal que aquél ser ha causado, todo el sufrimiento que le ha provocado, el hombre tornado lo transforma en sangre, dolor y luego impulso. Simple impulso.
Llega su compañero. “Está muerto, déjalo ya”, le susurra. Los golpes siguen. Los gemidos y lamentos del hombre trueno desgarran el ambiente mortífero. Lo tienen que apartar del horrible ser. Incluso muerto sonríe maliciosamente.
Suelta el cuerpo, los bordes sucios de la americana, más viva que el ser al que abriga. Se dirige hacia ella. La abraza, sin contenerse el llanto. El hombre de piedra ya no es de piedra. El cuerpo duro, rígido, frío, sucio, ensangrentado, que tiempo atrás había estado tierno, cálido y puro. Por una vez no es él el reacio a mostrar cariño, sino al contrario. Todo un logro, si no fuera porque ella está muerta. Sus lágrimas se mezclan nuevamente con la sangre ya seca del cuerpo. Nunca más la verá, la oirá, la sentirá. Nunca más gozará o sufrirá su compañía. Nunca más.
La mira por última vez. Está hermosa con el pelo oscuro, pero la prefería rubia. No por el color en sí, sino porque, si nada de esto hubiera ocurrido, ella no se hubiera tenido que teñir el pelo ni cambiar de nombre. Y su hijo tampoco. Su hijo. En un último impulso, suspiro u golpe de energía va hacia su despacho. Un último recuerdo también lo asalta. Abre el cofre acolchado donde, cuando aún era de piedra, cuando aún eran una familia unida, el niño se escondía para sorprenderlo mientras trabajaba. “Te ayudo con el caso, como siempre, papá”. Lo coge y lo abraza fuertemente.

Plaers aquàtics

Obrí l’aixeta. Es delectà amb el so de l’aigua sortint dels porus de l’aixeta, i amb el contacte immediatament posterior de l’aigua amb la seva pell. Suau, càlida, mimosa, alegre.
Aigua beneïda,
Porta’m fins el cel;
Dolça com la mel,
Nimfa esfereïda.
Que divertit i omplidor seria fondre’s amb l’aigua, ser aigua escolant-se per forats i escletxes, dominar l’espai i emmotllar-se a ell sentint-se com si fos ell qui s’emmotllés a ella.
S’omplí la boca de raigs punxants i fins d’aigua, múltiples raigs que s’ajuntaven en un bassal dins la seva boca, per esdevenir un raig, un de sol, en escopir-la.
Aigua neta,
Pura i bruta,
Nimfa astuta...
Malifeta!
Tancà l’aixeta i esperà que tota l’aigua li entrés a l’epidermis o s’evaporés, i, quan tan sols en quedaven sospirs humits a l’atmosfera, les parets, el mirall, va sortir de la dutxa. Primer un peu a la també humida alfombreta, i després l’altre. Es repassà la pell amb la punta de cada dit com si volgués trobar gotes perdudes, o potser rebels. I finalment es vestí, sentint-se pura. Com estimava aquella sensació, aquells instants aquàtics de paradís.
Nimfeta d’or,
Plata daurada;
Platejada
Aigua que mor.
Fora de casa plovia. En sortir, no es molestà a agafar el paraigües; deixà que les fines gotes amargament salades l’impregnessin fins que els cabells li gotejaven. Al cap de deu minuts arribà a la parada del bus, i esperà dos minuts més. Amb certa recança, pujà al vehicle. Mai li havien agradat, i menys encara després de la pluja. La gent bruta d’allà dins, el fum que desprenia el tub d’escapament, els seients amb pintades grolleres, d’amor o tan sols identificatives, els somriures, rialles, converses o desil•lusions que s’hi amagaven darrera. Tot allò treia tota la puresa, blancor i neutralitat agitada de la pluja. AICNÈGREME’D ADITROS. Dins del bus tot era a l’inversa del que era fora. L’aigua ja no la tocava, la puresa havia desaparegut, ja no estava sola, sinó que la gent l’observava amb desaprovació... Tot i colpejar-la agressivament, com n’era d’amable i agradable la pluja, l’aigua!

Caníbal

Cuando tuvo a su presa agarrada empezó a morderla. A veces sólo por el placer del mordisco, a veces para arrancarle pedacitos o pedazos de carne. Disfrutó de su almuerzo durante sesenta y siete minutos, y luego se retiró para observar el cuerpo magullado agonizante. Respiraba hondo, al compás de aquél ser medio muerto, como si quisiera introducir el aliento moribundo de éste dentro de sí. La observaba con una mezcla de deseo, pasión y ternura, y así estuvo una tercera parte de una hora. El siguiente tercio lo pasó lamiendo la sangre de las heridas, besando los moratones, inspirando el olor a la inminente muerte.
Entonces, como también le gustaba la rigidez y blancura de la carne seca e inerte, decidió dar el paso, y con el cuchillo la abrió desde el seno hasta la barriga. Esa criatura tan bella también lo tenía que ser por dentro, y asimismo también sería igual de sabrosa y fresca pero a la vez caliente. Empezó a arrancarle trozos de interior y a saborearlos satisfecho. Era una adicción.
Empezó a acordarse de cada palabra clavada como un puñal en su autoestima y su salud mental, de cada mirada punzante de de3sprecio u indiferencia, de cada vez que se había sentido invisible, solo, asesino, loco. Intentó dejar de pensar en aquello porque ese recuerdo sólo hacía que tuviera ganas de matar más, de extender más sufrimiento. Pero no podía parar; los recuerdos lo atacaban como piedras con voluntad de lapidarlo.
Sentía odio, odio a todo el mundo y a sí mismo por no ser lobo, vampiro, hiena. Las miradas lo atravesaban, sólo los animales salvajes lo veían como a un igual. Y viceversa. Por eso le gustaba tanto ir al zoo.
Pero ahora era un león escapado del zoo, una bestia salvaje hambrienta. Y cuánto más se alimentaba, más deseos de comer tenía.
Sus ojos brillaban con sed, y un hilo de baba con sangre colgaba de su boca medio abierta, conteniéndose ligeramente al deseo de morder, pero sólo para que el deseo aumentara aún más. Finalmente, como en un orgasmo, se abalanzó a cuerpo entero a aquella figura, aquella sombra de una vida recién arrebatada, aquél último suspiro que aún flotaba en el aire, desvaneciéndose. Olía la sangre, olía la muerte. Se excitaba.
Y empezó a recordar, sin parar de comer, aquella mirada del ser sumamente bello, la última mirada, suplicante, una mirada que, por fin, no lo traspasaba. Lo miraba directamente, con miedo –y él confundía el miedo con el respeto, gracias a los humanos que así se habían hecho respetar por él-. Y a él le encantaba ese cambio de papeles. Era él mismo, no era un clon, no era un esbirro de la sociedad hipócrita, pero esta vez él era superior. El “Dominus”. El amo, el señor, el respetado. Y él miraba con indiferencia por el precio de la vida ese trozo de carne que anteriormente había estado vivo.

Al terminar el delicioso y sangriento bistec con patatas, se levantó de la silla, se puso bien la corbata y se fue del restaurante al trabajo, con la certeza de que volvía a la normalidad y a la invisibilidad.

Although

Since I was born I’ve been in love with you.
I’ve never been able to be so sure
Of something, as that our love is so pure,
Although you never gave me any clues.

I can see in your eyes always the truth;
Don’t tell me you don’t love me anymore.
Although I will never say “I’ll be yours”,
My heart is being divided in two.

I can’t describe what I feel in a line,
But instead of writing I can sing,
So you listen to my voice, to my lies.

When I talk you never know what I mean,
And although I’ve never felt so alive,
Your words kill me, and then I cannot win.


Sorry per les faltes, el cursilisme, la rima assonant, etc. El meu nivell d'anglès no és el de Shakespeare (llegeixi's amb tooootes les lletres xD), però diuen que l'intenció és el que compta :P

7 de febr. 2010

Desitjos: Nimfàtica

Plovies a la terrassa, de nit,
Penombra sota la tènua llum,
I et recolzaves, com és de costum,
A la suau brisa que et fa de llit.

Un sospir denotà un amor florit,
Però no era el mateix, a contrallum;
Amor somiant, ànima sine cum...
I la flor de la vida s'ha pansit.

Barrabum? Fins i tot la por tremola,
Aquesta por que et fa tronar la gola!
Fins la por dubta, aquesta por constant.

Preguntes. El sol em deixarà sola?
O potser haurà estat tot una trola...
Dubtes. Cal de debò seguir endavant?

Deseos: Demongel

Ángel susurrante de voz callada,
Diablo de noche, aliento de hielo.
Un hechizo de niebla, con recelo,
Se asoma entre la penumbra helada.

Agonía camina por la nada,
Mas Ángel, o Diablo, con un velo
La cubre, cubriéndome de consuelo.
Silencio, calma. Esperanza alada.

Esperanza entre palabras camina,
Palabras de acompañada soledad.
Dulce camino que nunca termina.

El nacimiento de una nueva amistad,
Pura, infinita, como agua marina.
El camino hacia la felicidad.

23 de gen. 2010

Fia-te'n...

Era com un mar de llums nocturnes que s'estenia, oscil·lant al ritme dels bruscs moviments de l'autocar. Aquell reflex l'havia captivat, hipnotitzat, embadal·lit, enamorat. Mai havia vist res tan bell des de la finestra d'un vehicle. Llums de colors, textures, sabors tan diferents, il·luminant plors, alegries, passions tan llunyanes i alienes. Llums reforçades per la llum mare, però independents al mateix temps. Llums intermitents però permanents, poques o multitud, fortes o dèbils.
Però de sobte ¡pam! i tenebra. Uns ulls closos, un fil d'aigua amargament salada lliscant per una galta entre gotes de sang. Un esperit que s'eleva.

Criatura d'aigua

Capvespre. Un àcid esguard de llum penetra en el no-res, en el tot. I tot és fosc. El món és com una capsa buida, que algú va omplint de figuretes. Les posa, les treu.
Ella no era més que una d'aquestes figuretes. Nimfa d'or, àngel platejat. Dimoni incolor.
En aquell estrany estany, quieta, però més viva i amb més moviment interior que mai. Era un raig de sol en un dia fosc, era una nota musical enmig del soroll dolorós. Era una estona de cel.
I ella somiava, amb els ulls closos. Era quan hi veia més clar. I tan sols es deixava dur, entre els somnis i les gotes d'aigua que lliscaven pel seu cos, lentament, com si en volguessin recordar cada fibra epidèrmica. I al final ella sempre s'hi endinsava, deixant-se abraçar pel tel càlidament fresc. Estimava tant les aigües, que s'hi volia quedar per sempre. Però ningú pot tenir més que una estona de cel.
Només una estona.