5 de març 2010

Caníbal

Cuando tuvo a su presa agarrada empezó a morderla. A veces sólo por el placer del mordisco, a veces para arrancarle pedacitos o pedazos de carne. Disfrutó de su almuerzo durante sesenta y siete minutos, y luego se retiró para observar el cuerpo magullado agonizante. Respiraba hondo, al compás de aquél ser medio muerto, como si quisiera introducir el aliento moribundo de éste dentro de sí. La observaba con una mezcla de deseo, pasión y ternura, y así estuvo una tercera parte de una hora. El siguiente tercio lo pasó lamiendo la sangre de las heridas, besando los moratones, inspirando el olor a la inminente muerte.
Entonces, como también le gustaba la rigidez y blancura de la carne seca e inerte, decidió dar el paso, y con el cuchillo la abrió desde el seno hasta la barriga. Esa criatura tan bella también lo tenía que ser por dentro, y asimismo también sería igual de sabrosa y fresca pero a la vez caliente. Empezó a arrancarle trozos de interior y a saborearlos satisfecho. Era una adicción.
Empezó a acordarse de cada palabra clavada como un puñal en su autoestima y su salud mental, de cada mirada punzante de de3sprecio u indiferencia, de cada vez que se había sentido invisible, solo, asesino, loco. Intentó dejar de pensar en aquello porque ese recuerdo sólo hacía que tuviera ganas de matar más, de extender más sufrimiento. Pero no podía parar; los recuerdos lo atacaban como piedras con voluntad de lapidarlo.
Sentía odio, odio a todo el mundo y a sí mismo por no ser lobo, vampiro, hiena. Las miradas lo atravesaban, sólo los animales salvajes lo veían como a un igual. Y viceversa. Por eso le gustaba tanto ir al zoo.
Pero ahora era un león escapado del zoo, una bestia salvaje hambrienta. Y cuánto más se alimentaba, más deseos de comer tenía.
Sus ojos brillaban con sed, y un hilo de baba con sangre colgaba de su boca medio abierta, conteniéndose ligeramente al deseo de morder, pero sólo para que el deseo aumentara aún más. Finalmente, como en un orgasmo, se abalanzó a cuerpo entero a aquella figura, aquella sombra de una vida recién arrebatada, aquél último suspiro que aún flotaba en el aire, desvaneciéndose. Olía la sangre, olía la muerte. Se excitaba.
Y empezó a recordar, sin parar de comer, aquella mirada del ser sumamente bello, la última mirada, suplicante, una mirada que, por fin, no lo traspasaba. Lo miraba directamente, con miedo –y él confundía el miedo con el respeto, gracias a los humanos que así se habían hecho respetar por él-. Y a él le encantaba ese cambio de papeles. Era él mismo, no era un clon, no era un esbirro de la sociedad hipócrita, pero esta vez él era superior. El “Dominus”. El amo, el señor, el respetado. Y él miraba con indiferencia por el precio de la vida ese trozo de carne que anteriormente había estado vivo.

Al terminar el delicioso y sangriento bistec con patatas, se levantó de la silla, se puso bien la corbata y se fue del restaurante al trabajo, con la certeza de que volvía a la normalidad y a la invisibilidad.

4 comentaris:

  1. No sé què dir del final. És un gir molt inesperat (tot i que em sembla recordar alguna altre relat teu on hi ha un gir semblant). Però no estic segur que m'agradi massa :P
    No en quant al relat, que no perd integritat ni nivell ni res.
    Sinó perquè en certa manera s'esfuma la màgia salvatge, l'aura hipnòtica de la sang.
    Ens fas partíceps d'un, com l'obra, festí de sang; que mostra es efímer i es dilueix eteri com un somni.
    El que potser buscaves.
    Si és així, perfecte. I si no, de fet, també :)

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  2. :D La idea és l'ambigüitat davant d'una persona que està menjant aparentment normal. No saps mai en què pot estar pensant... sovint creo històries dins el meu cap sobre les persones que veig, perquè m'intriga molt el que els pugui passar pel cap. És quelcom que em fascina.
    Una altra idea, més important, és que tota la massacre que està protagonitzant és una forma d'evasió contra aquell qui el menystingui. És a dir, tothom. I el paràgraf final m'identifica bastant, perquè és el gir cap a un subjecte covard, que pensa tot això però no ho farà. La primera imatge que ve és la d'algú salvatge i potent, però amb l'últim paràgraf només es veu un home menjant, imaginant tot allò que no durà a terme (o potser en un futur sí). És un somni, un ideal.
    Recorda com em solc veure a mi mateixa, i que sempre hi ha quelcom subjectiu en el que escric ;)

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  3. Mmmmmmm... consideres covardia la repressió dels impulsos primaris? :P

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  4. Mmmmmmm... consideres covardia la repressió dels impulsos primaris? :P

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